Combatieron contra sus hermanos africanos durante levantamientos y revueltas anticolonialistas, sentenció en una entrevista televisada el ministro de Administración de la Presidencia, Chtreeikh Oumar Diagne.
Las alegaciones del titular detonaron una controversia en la cual el reputado historiador Mamadou Fall tommó partido por los militares y destacó su “sufrimiento y heroísmo” por lo que deben ser considerados héroes en vez de traidores.
El encontronazo histórico surge en el 80 aniversario de la masacre de Thiaroye, un hecho ausente hasta ahora de los libros de historia que el presidente de este país de África occidental, Bassirou Diomaye Faye, propone incluir en los libros de historia empleados en los planteles.
Militares senegaleses combatieron en la II Guerra Mundial del lado de los Alieados y tras su regreso al paías se amotinaron en el campamento militar de Thiaroye en demanda del reconocimiento de sus derechos y el pago de sus haberes durante el tiempo que permanecieron cautivos de los nazis.
El levantamiento despertó las iras de las autoridades coloniales galas de la época que movilizaron sus efectivos con la orden de sofocarlo a sangre y fuego, una orden que resultó en la muerte de hasta 300 veteranos, según cifras senegalesas, y 35 acorde con el reporte de la metrópoli.
A pesar de ese antecedente tras la proclamación de la independencia de Senegal en 1960 en 1962 asumió la presidencia Leopold Sedar Senghor, excelente poeta, a quien se atribuye la defensa de la negritud, pero cuya proyección política estuvo marcada por la alineación con Francia.
En esa convulsa fase histórica e incluso antes, en el Egipto de Gamal Abdel Nasser, surgieron líderes nacionales de la talla de Ahmed Sekou Touré, Kwame Nkrumah y Ahmed Ben Bella, preconizadores de la independencia total del combate al neocolonialismo.
En la Sudáfrica del gobierno del apartheid, sobre Nelson Mandela planeaba la condena de 27 años de prisión de la cual salió para ser el primer presidente sudafricano negro elegido en elecciones de un hombre un voto, sepultura final del racismo en su país.
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