Durante los últimos días, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) declaró alerta roja por fuegos en las regiones de Valparaíso, Maule y O’Higgins, los cuales estuvieron acompañados por temperaturas de entre 34 y 36 grados Celsius.
Mientras, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) informó que más de 70 incidentes de este tipo se reportaron ya en las primeras semanas de la temporada cálida del país.
De acuerdo con la entidad, la seguidilla de siniestros ocurre mientras la zona central y sur de Chile soporta una ola de calor, que podría extenderse hasta el próximo fin de semana.
En estas circunstancias, el meteorólogo del canal público de televisión de Chile, TVN, Eduardo Bustos, señaló que están dadas todas las condiciones para cumplirse la denominada “regla del 30”.
Consiste en la coincidencia de una temperatura ambiental igual o superior a 30 grados, rachas de viento con más de 30 kilómetros por hora y una humedad promedio del aire inferior al 30 por ciento.
Para el académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica, Cristián Bonacic, los incendios forestales son una receta instantánea para generar pobreza y marginalidad en las zonas rurales.
Las áreas devastadas hace dos años, dijo, tienen muchos problemas para salir adelante, lo que va más allá de un problema ecológico y se adentra en lo económico y social, que el país debe enfrentar de manera distinta.
Durante las últimas horas el Senapred y la Conaf decretaron una alerta roja en Tiltil y Colina, de la Región Metropolitana, por el rápido avance de las llamas hacia varias viviendas.
En las zonas urbanas, incluida la capital del país, instituciones realizan campañas en estos días para ayudar a superar el fuerte calor a quienes están desvalidos.
La comuna de Estación Central, por ejemplo, concentra a más de la mitad de todas las personas en situación de calle en Chile, que según las estadísticas oficiales son casi 57 mil, 17 por ciento de ellas mujeres.
Si bien hasta hace poco se consideraba que el riesgo de muerte de quienes viven en la intemperie era el frío extremo, el cambio climático está demostrando que un golpe de calor también mata, sobre todo a quienes sufren enfermedades crónicas, advirtieron los expertos.
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