A través de un comunicado, el comando internacional instó a la oportuna retirada de Israel y al despliegue del Ejército de Líbano en el sur, así como a la plena aplicación de la 1701 como vía integral hacia la paz.
En medio de la ejecución de acciones que ponen en riesgo el frágil cese de las hostilidades, la misión de paz de la ONU reafirmó la coordinación del trabajo con las Fuerzas Armadas Libanesas mientras éstas aceleran los esfuerzos de reclutamiento y redistribuyen tropas hacia el sur.
La fuerza de cascos azules reiteró a ambas partes la necesidad de cumplir sus obligaciones y supervisar los avances logrados, incluido que la zona al sur del río Litani esté libre de personal armado que no sean los del gobierno de Líbano y la Unifil, así como el respeto a la Línea Azul.
En su mensaje, la misión de la ONU refrendó la continuidad de las tareas encomendadas, entre ellas la vigilancia y la presentación de informes al Consejo de Seguridad sobre todas las violaciones de la Resolución 1701.
Al amanecer, las fuerzas israelíes penetraron en Wadi al-Hujeir, una región a la que no pudo acceder durante la guerra debido a la respuesta de los combatientes de la Resistencia libanesa.
Por su parte, el Ejército de Líbano aumentó su alerta y preparación en el puesto de control de Qaaqaaiyet El-Jisr debido a los movimientos israelíes desde Taybeh hacia Aadchit El-Qsair y Qantara.
En una declaración, denunció la persistente violación israelí al acuerdo de alto al fuego, así como los ataques a la soberanía de Líbano y la destrucción de aldeas y pueblos en el sur de la nación.
Según el ente castrense, el liderazgo del ejército monitorea la situación en coordinación con la Unifil y el comité de seguimiento a la implementación del alto al fuego.
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