Uno de estos ocurrió en el municipio Los Alcarrizos, provincia Santo Domingo, donde la víctima, de 43 años, fue baleada por su expareja.
El segundo caso sucedió en la provincia San Pedro de Macorís, donde una joven de 23 años fue ultimada también por su expareja mientras se encontraba en un salón de belleza.
De acuerdo con las autoridades, el agresor tenía una orden de arresto por violencia de género en perjuicio de la fallecida y se encuentra prófugo.
Este mes la ministra de la Mujer, Mayra Jiménez, sostuvo que República Dominicana podría cerrar 2024 con cifras de feminicidios similares a las de años anteriores.
Hasta noviembre pasado se contabilizaron 48 casos en diversas provincias, lo que corrobora que las políticas públicas son insuficientes para detener este flagelo.
El Código Penal dominicano no tipifica el crimen de odio por el hecho de ser mujer, por lo que los agresores son condenados por asesinato.
La mayoría de los feminicidios, según fuentes oficiales, ocurre en el contexto de relaciones de pareja, pero también en el ámbito laboral, en un país donde son desgarradoras las historias de muertes violentas por razones de género.
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