Grabaciones de una cámara corporal difundidas por la Fiscalía General de Nueva York mostraron el momento en que los oficiales de prisiones golpearon y patearon repetidamente a Brooks hasta dejarlo inconsciente.
Se observa al hombre negro indefenso, esposado y en una habitación como de hospital. Llevaba ropa verde. Estaba sentado mientras un oficial presiona su pie sobre él; luego, otros dos le pegan.
Hay un momento en que se aprecia cómo sacan al reo de la cama a la fuerza por el cuello de la camisa y lo sostienen por encima del suelo. Su rostro estaba ensangrentado. También un video lo captó semidesnudo sobre una cama en lo que parece ser un centro médico.
La crueldad y maltrato, que fueron evidentes, provocaron reacciones inmediatas de rechazo y la fiscal general del estado, Letitia James, dijo que este caso se investiga. Brooks falleció el 9 de diciembre, un día después de la paliza.
Una autopsia y “los hallazgos preliminares muestran preocupación por asfixia debido a la compresión del cuello como causa de la muerte”, según indica la pesquisa en curso.
La gobernadora Kathy Hochul ordenó al Departamento de Correcciones y Supervisión Comunitaria del estado que despidiera a 14 trabajadores del Centro Correccional Marcy, en el condado de Oneida, donde ocurrió el hecho.
Para Daniel Martuscello, comisionado del departamento penitenciario estatal, “ver la evidencia en video de la muerte de Robert Brooks” lo dejó “con una sensación de profunda repulsión y náuseas”.
Advirtió Martuscello que “no hay excusa ni racionalización para un acto vulgar e inhumano que se llevó una vida sin sentido”.
Estados Unidos suele señalar a otros en materia de derechos humanos. Quizás la revisión debe comenzar por casa.
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