miércoles 1 de enero de 2025
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Indígenas panameños por carretera en proyecto eléctrico con Colombia

Ciudad de Panamá, 29 dic (Prensa Latina) Ante el anunciado proyecto de interconexión eléctrica con Colombia, el Congreso General de la etnia panameña guna yala permanece hoy sin un pronunciamiento diferente que no sea su interés en contar con una carretera.

Para los originarios, es clave la construcción de la arteria que una a las comunidades de Mulatupu y Mordí, por razones de acceso y conectividad, desarrollo, beneficios de electrificación y sostenibilidad; sin embargo, el Gobierno señaló que la obra no contempla una vía terrestre.

De acuerdo con el diario La Estrella de Panamá, la dirigencia guna se refirió a la Resolución N.1, por la cual se rechaza el estudio de impacto ambiental categoría III para el diseño y construcción de la línea de Interconexión Eléctrica Colombia-Panamá II A 300 kilovatios- Tramo Panamá y la misma Interconexión Eléctrica Colombia-Panamá.

El proyecto es liderado por la Empresa de Transmisión Eléctrica (Etesa, S.A.), de Panamá e ISA, de Colombia, y contempla un sistema de transmisión de 500 kilómetros, con una capacidad de transporte de 400 megavatios, utilizando tecnología de corriente directa.

La obra permitirá el intercambio de energía eléctrica entre ambos países, optimizando recursos renovables, reduciendo emisiones de carbono y fortaleciendo la resiliencia energética de la región.

El pasado 16 de diciembre, en la presentación del proyecto ante la prensa en la Cancillería, el ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro; y el secretario nacional de Energía, Juan Urriola, insistieron en que para llevar adelante esa obra no se necesita realizar una carretera, ya que la única responsabilidad que tiene el istmo es la de colocar los cables, tanto submarinos como terrestres.

“Esta iniciativa en la provincia de Darién respeta la reserva natural entre ambos países, por lo tanto, una carretera no”, recalcó Navarro.

Mientras Urriola explicó que el proyecto saldrá de las costas del Chocó, en Colombia, y cruzará por un cable submarino hasta Guna Yala. Después seguirá en una línea de transmisión en torres, como cualquier otra.

Además precisó que la iniciativa tiene el compromiso político de ambos países, después que los presidentes José Raúl Mulino y Gustavo Petro se reunieran el pasado mes de julio, para explorar la posibilidad de retomar el plan de interconexión eléctrica.

Sobre las alternativas, en caso de que los pueblos indígenas no permitan el desarrollo del proyecto, el canciller Javier Martínez-Acha abogó por no ser negativo, ya que el trabajo del Gobierno es explicar la megaobra con transparencia y responsabilidad, y los beneficios que tendrán las comunidades.

El jefe de la diplomacia panameña auguró a preguntas de Prensa Latina, que ojalá en 2026, cuando en Panamá se conmemore el Bicentenario del Congreso Anfictiónico (1826), legado de integración del Libertador Simón Bolívar, se haya dado este primer paso con la interconexión energética latinoamericana para beneficio de sus pueblos.

Por su parte, el ministro de Minas y Energía de Colombia, Omar Camacho, dijo que esta interconexión es una oportunidad para conectar las regiones Andina y Centroamericana, promoviendo la colaboración regional.

“Retomamos este proyecto con determinación porque sabemos que no solo une dos países, sino que también integra mercados, facilita la transición energética y mejora nuestras capacidades para enfrentar desafíos climáticos”, remarcó.

Mientras la titular colombiana de Ambiente, María Susana Muhamad, recordó la importancia de que este proyecto se acometa con justicia energética y la activa participación y beneficios concretos para los pobladores originarios.

El gerente general del proyecto, Jorge Jaramillo, recordó, a su turno, que para el avance del proyecto son determinantes los consensos en lo social, lo técnico y lo regulatorio.

oda/ga

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