En la tradicional misa dominical, el cardenal lamentó la falta de confianza de los políticos libaneses, entre ellos mismos, y en las instituciones estatales.
De gran vergüenza, tildó la posición de algunas figuras y dirigentes políticos que esperan por un nombre del extranjero para ocupar la presidencia.
Al-Rahi apreció a los países amigos la preocupación y el estímulo para sacar adelante el proceso de elección presidencial, tras más de dos años de vacío de poder.
Según la referencia máxima de la comunidad cristiana maronita, el 9 de enero, fecha fijada para elegir presidente y a 10 días de distancia, algunos todavía están considerando la postergación, a la espera de alguna señal del exterior.
En este sentido, pidió comprender el papel del próximo presidente y la importancia de restablecer la confianza entre los políticos, el Estado y sus instituciones.
Insistió en la urgencia de construir la unidad interna entre todos los libaneses basada en el amor mutuo, la lealtad y la igualdad ante la ley; e implementar reformas estructurales e institucionales acordadas en las conferencias de París, Roma y Bruselas.
A criterio del patriarca, hay que buscar un presidente así, obligarlo a aceptar esta difícil misión y rodearlo de la confianza de todos los políticos y del pueblo libanés en su conjunto.
El 28 de noviembre al día siguiente de la entrada en vigor del alto al fuego con Israel, el titular del Parlamento, Nabih Berri, convocó a una sesión el 9 de enero para elegir al próximo presidente de la República y dio un plazo de un mes para llegar a un consenso entre los bloques legislativos.
Desde la noche del 31 de octubre de 2022, Líbano enfrenta su cuarto vacío de poder después de la independencia, luego de la conclusión del mandato de Michel Aoun al frente del Estado.
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