En el capitalino Palacio Nacional de la Cultura (sede del Gobierno), el mandatario llamó a conocer la historia del país con precisión, con todo el peso de la verdad, aunque dolorosa, para así asegurar un futuro sin violencia.
Durante el acto conmemorativo por el pacto que puso fin a casi cuatro décadas de conflicto armado interno, el jefe de Estado invitó a caminar juntos por la vía de la reconciliación, al saber que solo con una justicia verdadera y desarrollo incluyente se construye una paz duradera.
Ante la vicepresidenta Karin Herrera, autoridades del Ministerio de Cultura y Deportes, de la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos e invitados, Arévalo calificó la conmemoración de paradójica.
Una, añadió, que nos obliga a vernos en el espejo como sociedad, a preguntarnos qué hemos hecho para asegurar que los horrores del pasado no se repitan, a medir con alguna objetividad los avances y nuestras deudas históricas.
Esta debe ser siempre una oportunidad de reflexión colectiva, de reconocimiento del pasado y para imaginar un futuro donde la trayectoria de Guatemala no esté definida por la violencia, sino por la convivencia en paz, remarcó.
Este acto -afirmó- simboliza el relevo gradual, pero indefectible entre generaciones, que sirve para renovar los sueños de un país democrático, respetuoso de los derechos humanos, consecuente con la promesa de una paz firme y duradera.
Atribuyó a los más jóvenes la responsabilidad de darle forma, mientras exhortó a no olvidar que siguen existiendo personas, algunas muy poderosas, que prefieren el olvido y el silencio, al conocimiento de la verdad.
A juicio del presidente de la nación, estos prefieren la impunidad y la ignominia colectiva, a la responsabilidad y la rendición de cuentas.
Una parte importante de la captura del sistema de justicia, de los intentos inútiles de socavar la legitimidad de la actual administración, del abuso de cargos en el organismo judicial y en el Ministerio Público, responde al objetivo de perpetuar el pacto de silencio, señaló.
“Sabemos que el monstruo de la corrupción es hijo de la impunidad, que sobrevive en la oscuridad y que se alimenta del olvido, que nos mantiene encadenados al pasado”, expresó el mandatario.
Para pensar en la Guatemala del futuro, enfrentar a los monstruos del pasado y derrotarlos, es una condición indispensable que no haya olvido ni silencio, aseveró.
Antes, en su perfil en la red X, Arévalo escribió “nunca más violencia. Hoy hace 28 años, Guatemala eligió la paz y trazó la ruta sobre la cual debemos caminar como Estado”.
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