“Son dos millones 776 mil 692 toneladas (t) que se habrían producido este año a nivel nacional”, afirmó el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca, entrevistado por el canal estatal Bolivia Tv.
Sostuvo la autoridad que de ese volumen (dos millones 296 mil t de la campaña de verano y 480 mil 493 de la de invierno), la agroindustria acopió 2,5 millones de toneladas de grano de soya hasta el 15 de diciembre y se registra un remanente “que obviamente está saliendo por exportación”.
Informó que esos 2,5 millones de toneladas sirvieron para procesar 1,6 millones de t de torta de soya, de los cuales se abasteció con solamente 330 mil toneladas al sector pecuario, para la producción de alimentos.
Añadió que también se produjeron 126 mil toneladas de harina integral de soya, 80 mil t de cascarilla de esa materia prima; 436 mil t de aceite crudo, que sirve para obtener 177 mil t del alimento refinado.
Subrayó que esas 80 mil t de cascarilla no se exportan, están destinadas para el sector lechero, al cual se le debe entregar a 80 dólares la tonelada.
Observó que, mientras tanto, de esas 177 mil t de aceite refinado comestible, el mercado interno solo requiere 88 mil.
“Hasta el 15 de diciembre, la industria oleaginosa tiene en stock como saldo de 90 mil 405 toneladas de torta de soya; 33 mil 347 t de aceite crudo y cinco mil 733 t de aceite refinado, cantidad suficiente de alimentos para abastecer al mercado interno”, sentenció.
Consideró que con ello se debería abastecer por lo menos hasta el inicio de la siguiente campaña agrícola de verano la demanda de grano de soya, o sea, hasta febrero de 2025.
La flamante Planta de Transformación de Subproductos de Soya ubicada en San Julián, departamento de Santa Cruz, comercializará aceite refinado comestible a partir de febrero o marzo del próximo año, afirmó el gerente general de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), Franklin Flores.
Inaugurada el jueves último por el presidente Luis Arce, la nueva factoría busca estabilizar los precios del aceite comestible, que fluctuaron significativamente en el mercado en las últimas semanas del año que concluye.
Añadió Flores que, gracias a la producción de esta nueva industria “las familias bolivianas van a tener un precio estable (del aceite comestible) porque será la industria del Estado la que regulará el mercado».
Insistió en que esta planta garantizará el abastecimiento de aceite refinado a precios justos en todos los departamentos del país y coadyuvará a resolver los problemas recientes de desabastecimiento y especulación.
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