«Las guerras están causando un enorme dolor, sufrimiento y desplazamiento», advirtió el titular de Naciones Unidas en su tradicional mensaje de fin de año, divulgado este lunes por su portavoz.
El veterano diplomático insistió en la necesidad de una acción concertada mientras «las desigualdades y las divisiones están muy extendidas, lo que alimenta las tensiones y la desconfianza».
A la par, consideró alarmante el incremento de las temperaturas en el cierre de los diez años más calurosos registrados, lo que calificó como una década de calor mortal.
«Debemos salir de este camino hacia la ruina, y no tenemos tiempo que perder», advirtió al demandar una reducción drástica de las emisiones y el apoyo a la transición renovable.
Entre otras señales alentadoras, el máximo responsable de la ONU saludó la labor de los activistas que alzan sus voces por el progreso, los trabajadores humanitarios y los países en desarrollo que luchan por la justicia financiera y climática.
«Veo esperanza en los científicos e innovadores que abren nuevos caminos para la humanidad. Y vi esperanza en septiembre, cuando los líderes mundiales se unieron para adoptar el Pacto para el Futuro», agregó.
El titular consideró ese documento como un nuevo impulso para construir la paz a través del desarme y la prevención, reformar el sistema financiero mundial e impulsar más oportunidades para las mujeres y los jóvenes.
A su juicio, el Pacto permite avanzar además en el establecimiento de barreras de seguridad para que las tecnologías pongan a las personas por encima de los beneficios y los derechos por encima de los algoritmos desbocados.
El 2024 estuvo marcado por el curso de varios conflictos en Medio Oriente, Europa y África; un alarmante aumento de las temperaturas y el nivel del mar; un Consejo de Seguridad dividido; junto al desarrollo acelerado de tecnologías como la inteligencia artificial.
Para el titular de la ONU, el contexto representa una grave amenaza para el orden mundial mientras las reformas necesarias para la gobernanza parecen no avanzar.
De acuerdo con las Naciones Unidas, la intensidad y duración de las tensiones globales alcanzó este año su nivel más alto desde el fin de la Guerra Fría, lo que atenta con los propósitos fundacionales del principal foro de concertación política.
Entre otros desafíos, los expertos advierten una disminución del respeto del estado de derecho, corrupción, desprecio por el derecho internacional, la delincuencia organizada transnacional, los ataques a los derechos humanos y la reducción del espacio cívico.
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