El ministro de Empresas italiano, Adolfo Urso, señaló en declaraciones publicadas este lunes en el sitio digital del diario Il Messaggero, que se trata de los novedosos reactores modulares pequeños (SMR), y los avanzados (AMR), “limpios y seguros, fabricados de forma industrial, adaptables, modulares y transportables en un contenedor”.
Estos, según aseveró Urso, “se instalarán a petición de las empresas, respetando plenamente las exigencias medioambientales”, pues se considera que las tecnologías nucleares de próxima generación deben jugar un papel importante en la transición energética hacia una economía con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
“La Italia del milagro económico creía en el futuro y en la ciencia, fuimos la tercera potencia nuclear civil después de Estados Unidos y la Unión Soviética, y la tercera nación en lanzar un satélite al espacio, después de las dos superpotencias”, recordó el titular de Empresas.
En tal sentido, apuntó, en la actualidad “debemos creer en nuestra capacidad para liderar el desarrollo, como lo hicieron las generaciones anteriores a nosotros”, lo cual se aplica en primer lugar al sector de la energía.
Corresponderá a una nueva empresa liderada por la Entidad Nacional de la Energía Eléctrica (ENEL) realizar todas las investigaciones necesarias para establecer qué tecnología se utilizará para las plantas que eventualmente se construirán en Italia.
Una vez estandarizado el modelo de producción, se considera que los SMR tendrán un costo de construcción de 3,5 millones de euros por megavatio.
De acuerdo con estimados preliminares de expertos, en Italia se podrían necesitar entre 30 y 40 de estos pequeños reactores nucleares, que garantizarían una potencia instalada de entre 12 y 16 gigavatios (GW), lo cual representa aproximadamente una décima parte de la potencia de generación actual en Italia, equivalente a 130 GW.
Por otra parte, los especialistas consideran que, dado el tamaño limitado de estos reactores, los mismos resultan insuficientes para cubrir las necesidades de las grandes ciudades y deberán destinarse, básicamente, a actividades de producción de gran consumo energético, agrega la fuente.
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