La Fiscalía informó de su pedido a través de redes sociales, pues la audiencia transcurre este martes de manera reservada en el Complejo Judicial Valdivia, en la ciudad de Guayaquil.
Manifestantes a favor de las familias de los cuatro chicos están afuera del inmueble, donde corean consignas y exigen respuestas al Estado por la desaparición de Josué Arroyo (14 años), Ismael Arroyo (15 años), Saúl Arboleda (15 años) y Steven Medina (11 años).
Los asistentes al plantón pintaron de rojo la cara de un monigote del presidente Daniel Noboa, al cual le prendieron fuego en la calle como parte de la tradición ecuatoriana de quemar el “Año Viejo” cada 31 de diciembre.
Hubo niños de Las Malvinas, el barrio en el sur de Guayaquil del que son originarios los desaparecidos, que acudieron a la protesta con un balón de fútbol para recordar la pasión de los adolescentes vistos por última vez el 8 de diciembre, cuando los uniformados se los llevaron.
También fuera de la dependencia judicial hubo un grupo menor que defendía a los militares investigados, algunos de ellos con mascarillas y rostros cubiertos.
Billy Navarrete, director ejecutivo del Comité Permanente de Derechos Humanos, entidad que defiende a las familias de los niños, declaró al canal Ecuavisa que prosigue la espera de las pericias de cadáveres encontrados cerca del sitio, donde al parecer estuvieron los menores.
Aclaró que hasta el momento no hay resultados definitivos.
La víspera, durante una comparecencia ante la Comisión de Protección Integral a Niñas, Niños y Adolescentes de la Asamblea Nacional, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela, calificó como un “malhadado incidente” lo ocurrido con los cuatro menores desaparecidos.
El abogado de los familiares de los cuatro menores, Fernando Bastias, refutó esa afirmación y dijo que este caso “no es un incidente, sino una desaparición forzada” y una “clara violación a los derechos humanos”.
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