Nuestra seguridad y el buen funcionamiento de nuestras democracias no deben jamás asumirse como garantizados, subrayó en el tradicional mensaje de los jefes de Estado del 31 de diciembre.
Respecto a la Unión Europea, señaló que debe abandonar «la ingenuidad» y decir no a «leyes de comercio dictadas por otros».
Macron también llamó a los franceses a la unidad y la solidaridad, desde la óptica de que los imposibles no existen.
En ese sentido, evocó la exitosa celebración de los Juegos Olímpicos de París y la reciente reapertura de la catedral de Notre-Dame, parcialmente destruida por un incendio en abril del 2019.
Al mencionar un año muy tenso en la política interna, reconoció que disolver a la Asamblea Nacional trajo más divisiones que soluciones.
De igual manera, ofreció a la población escuchar su criterio en cuestiones decisivas para el país.
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