Su mandato se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2028.
Galipolo, de 42 años, sustituyó a Roberto Campos Neto y fue sucedido por Nilton David en el directorio de Política Monetaria del BC, cargo que ocupaba anteriormente.
Campos Neto enfrentó duras críticas por mantener los tipos de interés en niveles considerados excesivamente altos.
Durante los últimos meses de su gestión, fue acusado de sabotear al Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al sugerir nuevos aumentos de interés en medio de alegaciones de dificultades fiscales.
Los críticos destacan que sus decisiones impactaron negativamente áreas fundamentales, como salud y educación, al aumentar los costos de la deuda pública y presionar el presupuesto federal.
También su proximidad con el bolsonarismo (adeptos del exmandatario Jair Bolsonaro) suscitó dudas sobre su imparcialidad en la dirección de la financiera central.
Sin embargo, Campos Neto niega cualquier actuación política durante su período a la cabeza de la institución.
Con el fin de su mandato el martes, el economista de 55 años debe cumplir una cuarentena de seis meses.
En el período, estará prohibido por ley asesorar o actuar en empresas o instituciones privadas que hayan sido reguladas, supervisadas o controladas por el BC, como financieras, instituciones monetarias u otras organizaciones similares.
De acuerdo con la agenda oficial de Galipolo, este jueves están programados «despachos internos en Brasilia».
El lunes, su posesión fue firmada por Lula, quien lo designó, y al siguiente día el nombramiento fue publicado en el Diario Oficial de la Unión.
Para Galipolo, la misión será equilibrar la lucha contra la inflación con la promoción de políticas que fomenten el crecimiento sostenible y la generación de empleo.
La expectativa es que el nuevo comando del BC priorice medidas que dialoguen con la agenda de desarrollo defendida por la gestión de Lula, buscando aliviar los efectos de las políticas anteriores y fomentar una recuperación económica inclusiva.
Con el cambio de autoridad, analistas y sectores económicos esperan los primeros pasos de Galipolo para entender cómo las directrices de la institución serán reformuladas y qué impactos podrán ser sentidos en la economía nacional a lo largo de 2025.
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