La presidenta moldava, Maia Sandu, y el gobierno de Dorin Recean rompieron relaciones con Gazprom en interés de los extranjeros, y no de sus ciudadanos, que sufren el aumento de los precios del gas y la electricidad, sostuvo el líder del Partido Socialista, Igor Dodon.
El dirigente de la mayor fuerza política de oposición apuntó que esta ruptura conducirá a un aumento de las tarifas de la electricidad y el gas no solo en los próximos dos meses, sino también durante todo el año 2025.
El Gobierno indica que debemos tener paciencia durante uno o dos meses, y la situación mejorará, pero eso no es cierto, pues nos esperan tiempos difíciles, escribió Dodon en su canal de Telegram.
Anteriormente, los proveedores de electricidad en Moldavia duplicaron las tarifas, después de lo cual los gastos de electricidad de los hogares aumentaron de los cuatro mil 400 millones de lei anuales (239 millones de dólares) a nueve mil millones de lei (489 millones de dólares).
Según los economistas, las consecuencias de esto serán más fuertes que en 2022, cuando la inflación anual, como a principios de los años noventa del siglo pasado, alcanzó el 35 por ciento en el país.
El suministro de gas a Moldavia se interrumpió en enero tras la negativa del Gobierno a resolver el problema de la deuda por el combustible consumido, que la parte rusa estima en 709 millones de dólares y la Cámara de Cuentas de la República en 590 millones de dólares.
Se introdujeron regímenes de emergencia en el territorio de Moldavia y en la no reconocida Transnistria para ahorrar recursos energéticos hasta que se resuelva la situación.
Es necesario señalar que Moldavia se abastece de gas de otras fuentes, por lo que solo Transnistria sufre escasez de este tipo de combustible.
Sin embargo, la central eléctrica del distrito estatal de Moldavia, situada en Transnistria, que pertenece a la empresa rusa Inter RAO y cubre hasta el 80 por ciento de las necesidades de Moldavia, funcionaba con gas ruso.
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