Tras el inicio del conflicto, en octubre de 2023, el Ejército destruyó más del 80 por ciento de la infraestructura de aguas residuales, lo que provocó fugas y mezclas con el líquido potable, alertó Saadi Ali, director de proyectos de la Autoridad del Agua en Gaza.
En declaraciones a la radioemisora La Voz de Palestina, el funcionario alertó sobre la falta de ese vital recursos en el enclave, lo cual agrava, aún más, la crisis humanitaria allí.
Hace dos meses el portavoz del municipio de Gaza, Assem Al-Nabih, denunció que el agua llega sólo al 40 por ciento del área total de la ciudad, la más poblada de la Franja.
Señaló que más del 75 por ciento de los pozos de la urbe quedaron total o parcialmente dañados.
Al-Nabih destacó que la falta del líquido en cantidades suficientes conduce a la propagación de epidemias y enfermedades.
A mediados del pasado año, la ONG Oxfam acusó a Israel de utilizar ese recurso como un arma de guerra en los territorios ocupados.
Los cortes de suministro externo, la destrucción sistemática de las instalaciones y la obstrucción deliberada de la ayuda redujeron la cantidad de agua en Gaza en un 94 por ciento, denunció la organización no gubernamental en un informe.
El documento alertó que los ataques militares israelíes dañaron o destruyeron como promedio cinco infraestructuras de agua y saneamiento cada tres días desde el comienzo de la guerra.
En marzo último, la Oficina Central de Estadísticas y la Autoridad de Calidad Ambiental palestina alertaron que el 75 por ciento de los ciudadanos en el norte de Gaza bebe agua contaminada.
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