La celebración, que se lleva a cabo cada año del 1 al 6 de enero, reúne a cientos de «diablos» que desfilan por las calles del cantón, acompañados de música, danza y una multitud de espectadores.
Esta tradición, que tiene sus raíces en la resistencia indígena y campesina durante la época colonial, ha evolucionado hasta convertirse en un símbolo de identidad y orgullo cultural.
Los trajes utilizados por los participantes destacan por su nivel de detalle, elaborados con cuernos, telas bordadas y máscaras artesanales que representan figuras demoníacas y animales.
Estas piezas son confeccionadas durante meses por artesanos locales, quienes mantienen viva la tradición a través de su trabajo minucioso.
Cada día, diferentes comunidades y barrios presentan sus «comparsas» en la Diablada Pillareña, que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador en 2009, lo cual ha incrementado su reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.
Este año, el evento ha atraído a turistas de distintas partes del mundo, quienes se maravillan con la intensidad de las danzas, los ritmos de la música tradicional y la calidez de la gente local.
Además de la festividad, los visitantes también aprovechan para degustar la gastronomía típica de la región, como las empanadas de morocho, las chugchucaras y el canelazo, un licor caliente que es ideal para las noches frías de la serranía ecuatoriana.
La fiesta continuará hasta el 6 de enero, con desfiles y actos culturales que prometen seguir encantando a locales y visitantes. Si estás en Ecuador, no te pierdas la oportunidad de ser parte de este vibrante espectáculo.
lam/avr