En una disminución atribuible a las medidas de seguridad implementadas por el Gobierno del presidente Bernardo Arévalo, la entidad detalló que las primeras fueron las muertes provocadas por impacto de proyectil de arma de fuego, blanca y asfixia por estrangulación.
Los disparos quitaron la vida a dos mil 564 hombres, 307 mujeres y en el caso de una víctima mortal el Inacif no determinó el sexo de la persona al practicar la necropsia.
El departamento capital archivó la mayor cifra de fallecidos por heridas de bala (mil 257), seguido de Escuintla (256), Petén (178) Santa Rosa (153) y Chiquimula, 147.
Asimismo, la urbe encabezó aquellas producidas por arma blanca (77) y 97 muertes por asfixia por estrangulación.
A fines del 2024 el secretario de Planificación y Programación de la Presidencia de Guatemala, Carlos Mendoza, aseguró una reducción de la tasa de homicidios contra similares períodos anteriores.
Tendremos la segunda menor de los últimos 30 años, subrayó el funcionario, y añadió que el país recuperó la tendencia a la baja que se perdió en la gestión de Alejandro Giammattei (2020-2024).
En base a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Mendoza remarcó que la cifra quedaría en un 15 por ciento, cuando en 2023 fue de 16,2, antes 16,7 y en el 2021 alcanzó 16 por ciento.
Esto es una muestra del trabajo que estamos haciendo, expresó en torno al tema el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, quien desde que asumiera el cargo hace casi un año mostró un compromiso firme y sistemático contra organizaciones criminales.
A juicio de analistas, uno de los principales retos del mandatario de este territorio centroamericano y de su administración es la inseguridad ciudadana existente en los 22 departamentos.
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