Convocado por Argelia, que ejerce la presidencia temporal, los 15 miembros del máximo órgano internacional escucharon reportes sobre la situación extrema de salud en la Franja de Gaza, escenario de ataques sostenidos por Israel contra hospitales y centros asistenciales.
“Una catástrofe de derechos humanos sigue desarrollándose en Gaza ante los ojos del mundo”, advirtió Volker Türk, alto comisionado de la ONU, cuya oficina emitió un reporte que muestra los ataques y el asesinato de pacientes y personal sanitario.
Türk narró que las arremetidas combinan bombardeos aéreos tras los cuales se producen incursiones terrestres, detenciones y desalojos forzosos. Al marcharse los atacantes inutilizan las instalaciones y las dejan sin posibilidad de funcionar.
“Atacar deliberadamente hospitales y lugares donde se atiende a enfermos y heridos es un crimen de guerra. En determinadas circunstancias, la destrucción deliberada de instalaciones sanitarias puede constituir una forma de castigo colectivo, que también es un crimen de guerra”, recalcó el funcionario.
Durante la reunión, el alto comisionado solicitó «investigaciones independientes, exhaustivas y transparentes sobre todos los ataques israelíes a hospitales, infraestructuras sanitarias y personal médico, así como sobre el presunto uso indebido de dichas instalaciones».
El Consejo de Seguridad fue testigo también de datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud en los territorios palestinos ocupados, según los cuales se han verificado 654 ataques a instalaciones sanitarias en la Franja de Gaza con cientos de muertos y heridos.
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