El reciente análisis, elaborado por el Centro de Estudios Turísticos de Florencia, destaca el notable aumento de la capacidad de Italia para atraer viajeros internacionales, incluso en el actual período de incertidumbre económica, durante el cual se produjo en este sector un alza significativa de los precios.
Esa alta cifra del turismo extranjero contrasta con un decrecimiento en las llegadas de visitantes nacionales a los destinos del país, que sumaron unos 64 millones, para una baja del 2,9 por ciento respecto a 2023, mientras las presencias decrecieron 2,8 puntos porcentuales al totalizar 207 millones.
El estudio, elaborado de conjunto con la Asociación Unitaria de Empresas Turísticas (Assoturismo), indica que la desaceleración del turismo interno está relacionada con la persistente pérdida de poder adquisitivo de las familias, que afecta sus posibilidades de gasto en vacaciones y viajes.
Assoturismo, entidad integrada a la Confederación Italiana de Actividades Comerciales, apunta en ese documento que se registró en 2024 un aumento general del 2,5 por ciento de las presencias turísticas respecto al año precedente, con un total de 458,5 millones.
El sondeo mostró que la región italiana con mayor número de turistas fue Lacio, con Roma como principal destino, ciudad que se afianzó como una de más visitadas del mundo, gracias a su rico patrimonio histórico, cultural y artístico.
También se registró un alto número de visitantes a Venecia, en la norteña región de Véneto; a Milán, en Lombardía, y a las ciudades de arte de la Toscana, como Florencia, Pisa y Siena, así como a localidades de Campania como Nápoles, la costa de Amalfi, Pompeya y la isla de Capri.
Incluso regiones menos frecuentadas por los turistas, como Sicilia, Calabria, Abruzos y Apulia, experimentaron en el año que concluyó un aumento en las presencias, lo que evidenció un creciente interés de los viajeros, tanto nacionales como foráneos, en explorar otros lugares menos conocidos del país, agrega la fuente.
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