El artefacto desarrollado por la Academia de Tecnología Espacial de Shanghái tiene como objetivo principal la validación tecnológica para la recarga de combustible de satélites y la extensión de su vida útil.
Esta misión busca probar tecnologías avanzadas que mejoren la operatividad de las constelaciones satelitales, un área estratégica para optimizar los recursos espaciales.
De cara al futuro, se espera que la serie de cohetes Larga Marcha 3 realice más de diez misiones en 2025.
El equipo de desarrollo planea optimizar la producción en lotes, adoptar un modelo de trabajo paralelo y reforzar la gestión de calidad para garantizar una mayor eficiencia y capacidad de adaptación.
Entre los hitos de la carrera espacial de Beijing se encuentran el rover que llegó a la parte oculta de la Luna y la construcción de la estación Tiangong o Palacio Celestial.
Además, el gigante asiático lanza de manera constante satélites con objetivos variados desde la teledetección, servicios comerciales, comunicaciones, meteorología hasta las investigaciones.
Recientemente la sonda Chang’e-6 aterrizó de forma exitosa en China con muestras de la cara oculta de la Luna por primera ocasión en la historia de la humanidad.
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