Los militares también causaron estragos en 19 cementerios y tres iglesias, afirmó el organismo en un informe sobre el tema.
Otras 20 mezquitas resultaron dañadas en Cisjordania, la mayoría en las gobernaciones de Tulkarem y Jenin, al igual que varios edificios cristianos, subrayó.
También criticó las restricciones impuestas por el gobierno de Benjamin Netanyahu a las celebraciones durante las fiestas cristianas en Jerusalén el fin de año, incluida la Navidad.
El texto resaltó que en los últimos 12 meses decenas de miles de judíos asaltaron en al menos 256 ocasiones la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo, en la zona vieja de Jerusalén Este, territorio ocupado desde la guerra de 1967.
Venerado por cristianos, musulmanes y judíos, el lugar es constante fuente de enfrentamientos.
Los musulmanes, y en especial los palestinos, afirman que la visita de los israelíes es una provocación y un intento de judaizar el complejo, así como del resto de la zona oriental.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a los judíos solo se les permite visitar el sitio con numerosas condiciones, pero no rezar.
Sin embargo, bajo la creciente presión de los sectores de la derecha y ultraortodoxos, aumentó el número de fieles de esa religión que intentan orar allí.
Esa comunidad realiza sus plegarias en el muro occidental, conocido en Occidente como Muro de los Lamentos o de las Lamentaciones, que constituye una barrera exterior de la explanada y representa el único vestigio el segundo templo bíblico, construido por el rey Herodes.
Ante el aumento masivo en el número de visitantes y la lenta expansión de la oración judía en el sitio, las autoridades musulmanas y palestinas denuncian que Israel intenta cambiar el statu quo.
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