Wang Dun, profesor de la Universidad de Geociencias de China, señaló que la altitud promedio de cuatro mil 500 metros, junto con el bajo nivel de oxígeno, el frío intenso y los fuertes vientos, representan un desafío significativo para los rescatistas, quienes deben adaptarse al mal de altura.
Además, el epicentro del terremoto se encuentra en una zona remota y los daños en infraestructuras de transporte complican la entrada de maquinaria pesada y la evacuación de personas.
La temperatura mínima registrada en Dingri la víspera fue de -18 grados celsius, con vientos que superaron el nivel cuatro, según la Administración Meteorológica de China.
Las autoridades meteorológicas advirtieron que en los próximos tres días el condado de Dingri experimentará condiciones climáticas severas, con temperaturas mínimas de -18 a -14 grados celsius.
Al suroeste del epicentro se encuentra el Monte Everest, a una distancia de cincuenta o sesenta kilómetros en línea recta.
El presidente chino, Xi Jinping, llamó a aumentar los esfuerzos para buscar y rescatar a las personas, tratar a los heridos, reducir al mínimo las bajas, prevenir la ocurrencia de desastres secundarios, reasentar adecuadamente a las personas afectadas por el desastre y hacer un buen trabajo para hacer frente a las secuelas.
«Es necesario fortalecer el monitoreo y la alerta temprana de terremotos, asignar rápidamente materiales de emergencia y rescate, prestar mucha atención a la reparación de la infraestructura dañada, hacer buenos arreglos para el sustento básico de las masas y garantizar un invierno seguro y cálido», agregó en su mensaje.
El sismo ocurrió este 7 de enero en la mañana hora local a una profundidad de 10 kilómetros en el condado de Dingri, ciudad de Shigatse, y provocó el colapso de más de tres mil 600 viviendas cercanas al epicentro.
Hasta el momento se contabilizan 126 muertos, 188 heridos y se trasladaron 28 personas gravemente enfermas al hospital.
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