La entrada del líder guerrillero a La Habana será evocada esta mañana en puntos capitalinos por donde arribó en aquella fecha la comitiva, tras más de mil kilómetros de trayecto en contacto con el pueblo desde la oriental ciudad de Santiago de Cuba.
De acuerdo con autoridades locales, la reedición del hecho histórico iniciará en complejos fabriles del municipio Cotorro, se colocará después una ofrenda floral ante el yate Granma en el Museo de la Revolución, en La Habana Vieja.
En horas de la tarde se prevé el paso de los “caravanistas” por calle 23 en el barrio habanero del Vedado, hasta arribar a la Ciudad Escolar Libertad, complejo científico pedagógico, ubicado en el municipio Marianao, donde tendrá lugar el acto central nacional por la efeméride.
La reedición de aquella gesta partió el pasado 2 de enero desde la urbe santiaguera a cargo de jóvenes destacados y protagonistas del acontecimiento histórico, que a su paso por cada provincia entregaba el relevo de la marcha triunfal a otros integrantes de las nuevas generaciones.
La ocasión fue oportuna para que las autoridades de esas provincias entregaran a jóvenes y trabajadores destacados en diversos ámbitos, el carnet que los acredita como miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y del Partido Comunista.
Asimismo, algunos recibieron la condición Siempre Joven conferida por el Comité Nacional de la UJC por su relevante participación en las tareas de esa organización política.
En 1959, tras más de dos años de hostilidades contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958), las columnas rebeldes recibían el agasajo de los habitantes de pueblos y ciudades a lo largo del trayecto, lo cual evidenció un rotundo apoyo popular a la propuesta de cambio político que se iniciaba en la isla caribeña.
De acuerdo con cronistas de aquella gesta, el contingente de humildes soldados y patriotas, con uniformes de combate y largas melenas, impregnó una mística en la población que elevó a dimensiones épicas los relatos de sus victorias militares sobre fuerzas regulares mejor equipadas y adiestradas.
El avance de la Caravana de Oriente a Occidente mostraba la posibilidad de hacer realidad sueños de justicia social largamente postergados, y al propio tiempo señalaba numerosos peligros que debía sortear la Revolución ante la hostilidad de sus enemigos internos y externos.
La marcha del Ejército Rebelde representó además el primer encuentro directo de los cubanos con el comandante Fidel Castro, el líder que luego conduciría los destinos de la nación y edificaría, junto a las fuerzas revolucionarias, un proyecto socialista de referencia continental.
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