El representante de la Acnur, Gonzalo Vargas Llosa, advirtió sobre la urgencia de pasar “de las palabras a los hechos” y enfatizó que para muchos retornados su nueva vida en Siria «significará, por desgracia, dormir rodeados de lonas de plástico».
Más de 125 mil refugiados regresaron al país en 2024 tras la caída del gobierno de Bashar Al-assad y casi 500 mil desplazados internos volvieron al noroeste de Siria a finales del año anterior.
Naciones Unidas estima que la guerra obligó a moverse a 7,4 millones de personas dentro del territorio nacional, de ellas 2,3 millones residían en campamentos y alrededor de 16,7 millones dependían de la asistencia humanitaria.
Por su parte, La agencia de migración de la ONU (OIM) calculó en 73,2 millones de dólares el monto necesario para asistir a más de 1,1 millones de personas desarraigadas o que regresan al país durante los seis meses de invierno.
Desde diciembre de 2024, las operaciones de la OIM dentro de Siria beneficiaron a más de 80 mil personas con artículos de socorro en la temporada invernal, a 170 mil con servicios de emergencia de agua y saneamiento y a 15 mil con asistencia en efectivo multipropósito.
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