Sobre el particular, los analistas señalan que se trata de la primera prueba para la ministra de Finanzas del país, Rachel Reeves. después de que los costos de endeudamiento ascendieran en esta jornada por tercer día consecutivo y las pérdidas de la libra agravaron la situación.
Todo ello podría obligarla a recortar el gasto en el futuro, lo que sin lugar a dudas redundaría en un impacto para la economía de la nación.
El Tesoro dijo que mantendría un control férreo sobre las finanzas públicas, tras el desplome del valor de la deuda en los mercados el martes y el miércoles, que llevó el rendimiento de los bonos del Estado británico a 30 años a máximos de 26 años.
Por tanto, el rendimiento de los bonos volvió a subir el jueves, aunque menos que en las dos sesiones anteriores, y la libra se encaminaba a su mayor caída en tres días en casi dos años.
La caída del valor de la libra junto con las fuertes ventas de bonos del Estado provocaron algunas comparaciones con la crisis del mini-presupuesto de 2022 que forzó la salida de Downing Street de la ex primera ministra Liz Truss.
Sin embargo, los movimientos del mercado de esta semana resultaron menos bruscos y hasta ahora no aparecen indicios del tipo de presión sobre los inversores institucionales que obligó al Banco de Inglaterra a realizar compras de bonos de emergencia en 2022.
El nuevo Gobierno británico presentó su plan de más inversión en servicios públicos e infraestructuras para impulsar el crecimiento económico pocos días antes de la victoria electoral de Donald Trump el 5 de noviembre, en los Estados Unidos.
Analistas de la City señalaron que la reacción del mercado al presupuesto había sido una combustión lenta hasta ahora, pero que los bonos estaban siendo afectados por la preocupación sobre el alcance de los planes de endeudamiento del Gobierno.
El Reino Unido debe emitir casi 300 mil millones de libras (368 mil millones de dólares) en bonos del Estado durante el próximo ejercicio.
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