El coordinador del puesto de mando en ese estado norteño, Ahmed Ibrahim, declaró que los ciudadanos protegidos también reciben asistencia humanitaria tras ser desplazados por los repetidos terremotos registrados en los distritos de Dulesa y Awash Fentale en la zona de Gabi Rasu.
Ibrahim confirmó un pánico generalizado entre la población provocado por los movimientos telúricos, algunos de ellos de magnitud 5,8 en la escala de Richter, los cuales se intensificaron en las últimas dos semanas.
“Muchas personas desplazadas se encuentran ahora en refugios, pero otras se han trasladado a zonas montañosas de la región de Amhara con su ganado. Aunque se han confirmado importantes daños materiales, no se han registrado víctimas ni heridos importantes”, recalcó.
Señaló además que ocho centros sanitarios no están operativos, de ahí el establecimiento de servicios temporales en los lugares de refugio. Los médicos siguen prestando servicios a los desplazados a pesar de los desafíos, aseveró.
Según las autoridades locales, las carreteras principales, incluida la carretera Sidiafage-Kesem, se encuentran dañadas por grietas e hinchazones.
Los pastores residentes cerca de la presa de Kesem, distrito de Awash Fentale, fueron reubicados como parte de los esfuerzos en curso para proteger a las poblaciones vulnerables.
Por su parte, el director general de la fábrica de azúcar, Ali Hussein, dijo que la infraestructura sufrió daños «moderados a severos», incluido el derrumbe del edificio de distribución de energía, grietas en los campos de caña y afectaciones en almacenes y áreas residenciales.
«Alrededor de cuatro mil empleados de la fábrica y sus familias han sido evacuados a lugares seguros y se están realizando evaluaciones de daños adicionales», añadió.
Hussein explicó que el gobierno regional brindó ayuda esencial, que incluye alimentos y ropa, además de instalar tanques de agua y el despliegue de camiones cisterna permanentes en los sitios de refugio.
Anteriormente, la Sociedad de la Cruz Roja Etíope realizó una evaluación rápida en las áreas afectadas, estimando que aproximadamente 81 mil 750 personas fueron afectadas. Destacó las necesidades urgentes de refugio de emergencia, asistencia alimentaria y acceso a agua potable.
Por su parte, la Administración de Addis Abeba creó la semana pasada un grupo de trabajo para reforzar la preparación ante terremotos y evaluar la vulnerabilidad tras el sismo de magnitud 5,8 en la escala de Richter ocurrido el 4 de enero en la región de Afar y que fue perceptible en la capital.
jha/nmr
