Por Fausto Triana
Salvo la danza multimillonaria que salpica a la federación española, LaLiga y los clubes, la sede, ahora en la ciudad de Yeda, se antoja poco coherente para destacar un ambiente genuino de los seguidores del torneo local.
Empero, ya se sabe que la FIFA y prácticamente todas las autoridades del deporte de las multitudes, no tienen el menor remilgo para rendirse ante la pujanza de los petrodólares, como ya ocurrió con Qatar en la Copa Mundial de 2022, y repetirá Arabia Saudita en 2034.
Después del éxito la víspera del Barcelona sobre el Athletic de Bilbao, con goles de Gavi y Lamine Yamal, pudiera repetirse el domingo venidero la misma final del pasado año, que conquistaron los merengues 4-1.
Antes, sin embargo, toca a la escuadra que dirige el italiano Carlo Ancelotti salir adelante en el duelo con el Mallorca, un conjunto rocoso que siempre da batalla a la “casa blanca”.
Cuenta Ancelotti con su plantilla en fase de consolidación de su juego y salvo las bajas de larga data del lateral español Dani Carvajal y el central brasileño Eder Militao, y de última hora por un virus del croata Luka Modric, cuenta con todos sus efectivos.
Nadie duda de que repetirá con su fórmula de ataque con el cada vez más líder del grupo, el inglés Jude Bellingham, los brasileños Vinicius Junior y Rodrygo Goes, y el francés Kylian Mbappé.
Ceballos, Camavinga y Valverde reforzarán la medular; y Rudiger con Tchouameni serán los centrales; Mendy y Vázquez por las bandas, con el belga Thibaut Courtois bajo el arco.
En el partido en LaLiga, Real Madrid y Mallorca empataron a un gol, por lo cual el técnico Jagoba Arrasate confía en mantener el dominio del balón con un sólido cerrojo defensivo, y busca anotar en los contragolpes.
Se apoyará en el espigado delantero kosovar Muriqi, junto con Dardet y Larin en el ataque, y una línea en el mediocampo con Morlanes, Mascarell y Dani Rodríguez. Además, Mojica, Maffeo, Valjent y Raíllo en la zaga, con el portero Greif.
ro/ft