La presidenta y fundadora del centro privado de estudios, Baigalmaa Tsembel, entregó al embajador cubano Jorge Ferrer el donativo de tres millones de trugriks mongoles, equivalentes a unos 850 euros, recaudados, aseguró, por estudiantes y trabajadores de forma espontánea.
Ferrer agradeció profundamente la muestra de solidaridad y destacó que la iniciativa es un símbolo de la amistad sincera y genuina que une a ambos pueblos que este año celebran 65 años de relaciones diplomáticas.
El diplomático subrayó que tan loable gesto de altruismo de un grupo de estudiantes y trabajadores mongoles, muchas veces humildes, es un claro mensaje de que Cuba no está sola y que la solidaridad no puede ser bloqueada. Ambas naciones atesoran más de 60 años de vínculos basados en el respeto y la cooperación mutua y sus gobiernos han expresado de manera reiterada la voluntad de enlazar las naciones por medio de la colaboración en materia de salud, turismo y biotecnología, entre otras esferas.
El 1 de enero, como parte de las celebraciones por el aniversario 66 del Triunfo de la Revolución cubana, el presidente de Mongolia, U. Khurelsukh, transmitió sus más sinceras felicitaciones a su homólogo Miguel Díaz-Canel, y al pueblo de la mayor de las Antillas.
El mandatario mongol calificó de amigo al pueblo cubano en su mensaje.
También, la Asociación de Mongoles graduados en Cuba abogó por el fin del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a la isla en un mensaje por la efeméride cubana.
El año pasado, Mongolia contribuyó con un millón de dólares al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas en Cuba, destinados a apoyar la seguridad alimentaria de personas vulnerables y embarazadas en esta nación antillana.
La contribución benefició a unas 50 mil personas, entre ellas dos mil 900 mujeres embarazadas y más de 44 mil 600 personas en situación de vulnerabilidad de las provincias centrales de Villa Clara y Cienfuegos.
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