“La desigualdad en el financiamiento educativo es un problema global. Los países de bajos ingresos enfrentan desafíos adicionales para garantizar acceso a una #educación de calidad para todos y todas”, dijo el ente financiero por la red social X, en una invitación a leer su nuevo informe sobre el tema.
Dichas inversiones, recuerda el documento, constituyen un factor importante para erradicar la miseria; sin embargo, los mismos problemas de la pobreza, la carga de la deuda y las crisis impiden que las naciones empobrecidas “inviertan al nivel necesario para cambiar sus trayectorias de desarrollo”.
Con el título de “Observatorio de la financiación de la educación 2024”, el texto señala que la crisis del aprendizaje y las habilidades profundiza el dilema, pues los estudiantes no aprenden habilidades básicas y no están preparados para responder a las necesidades del mercado laboral.
Además, la combinación de las repercusiones financieras de la pandemia de la Covid-19 y el auge de la deuda mundial limitó la capacidad de los Estados para realizar mayores inversiones en la esfera.
A juicio del BM, gastar más tampoco es suficiente si no se presta atención a la eficiencia y la equidad: Si bien la inversión total en educación creció desde 2010, el gasto por niño se ha estancado en gran medida, como reflejo de los cambios demográficos globales.
Hay una clara correlación entre el incremento de la inversión y la mejora en el aprendizaje; no obstante, a menudo existen dificultades para asignar los fondos de manera eficiente, acotó la fuente.
También el BM identificó una reducción en el porcentaje de la ayuda oficial para el desarrollo (AOD) destinada a la educación, aunque el monto absoluto resultó alto.
La cuantía internacional fue de 16 mil 600 millones en 2022, frente a los 14 mil 300 millones de 2021 para un crecimiento anual real del 16 por ciento, pero la proporción de la AOD asignada a la educación bajó del 9,3 por ciento en 2019 al 7,6 por ciento en 2022, ilustró.
En 2022, la AOD representó el 12,2 por ciento del financiamiento educativo en los países de ingreso bajo (frente al 13 por ciento en 2021) y solo el 0,29 por ciento del financiamiento total de la educación a nivel mundial, advirtió el BM.
Otro elemento relevante es el endeudamiento: en los últimos 10 años, el pago de intereses sobre la deuda pública subió con mayor rapidez que el gasto estatal en educación de los países en desarrollo.
Actualmente, confirmó la institución, algunas naciones de ingreso bajo y mediano-bajo asignan casi el mismo monto de recursos per cápita al servicio de la deuda que a los fines educacionales.
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