La intervención del jefe de Gobierno genera expectación, en medio de las negociaciones sobre el Presupuesto del Estado para el 2025, después de que naufragara en diciembre la anterior versión con la caída del entonces primer ministro, Michel Barnier, derribado por una moción de censura votada por la izquierda y la extrema derecha.
En la presentación de su programa de trabajo, Bayrou buscará convencer a los diversos bloques políticos, en aras de mantener el puesto y la estabilidad.
La izquierda reclama la abrogación de la reforma de retiro o al menos congelar la jubilación a 64 años, sin que esté aún clara la oferta del primer ministro.
Por su parte, el partido de extrema derecha Agrupación aspira a varias concesiones en el Presupuesto y a la instauración de la proporcionalidad en las elecciones legislativas.
De momento, solo La Francia Insumisa confirmó que presentará una moción de censura contra Barnier, a la cual expertos y la prensa otorgan pocas posibilidades de éxito.
Al igual que sus más recientes predecesores, Bayrou no pedirá el voto de confianza de la Asamblea Nacional, una tradición republicana en Francia, que; sin embargo, no representa una obligación constitucional.
lam/wmr