Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional, a las Naciones Unidas y a los países hermanos y amigos para que ejerzan presión sobre Israel para que se retire del territorio sirio, afirmó el Canciller en declaraciones a la prensa.
El Ministro manifestó el compromiso de Damasco con el acuerdo firmado en 1974, que estipula el despliegue de fuerzas de separación entre el territorio sirio y la frontera israelí, y señaló que de esta manera ambas partes pueden mantener su seguridad bajo supervisión internacional.
Enviamos mensajes de que Siria no será una fuente de amenaza para ningún país, incluido Israel, y así como Tel Aviv quiere preservar su seguridad, debe no perjudicar la seguridad de los demás, consideró.
Explicó que, durante los últimos años, los israelíes atacaban a Siria bajo el prtexto de la presencia de Hezbolá y las milicias iraníes, pero ya no existen estas justificaciones y ahora Israel bombardea sitios que son el pueblo sirio.
La víspera, un dron israelí atacó un convoy del Departamento de Operaciones Militares perteneciente a la actual autoridad siria, en la provincia de Quneitra, ubicada a 60 kilómetros al suroeste de Damasco, la capital.
El bombardeo provocó la muerte del alcalde de la aldea de Ghadeer Al-Bustan, donde ocurrió el incidente.
Hace unos días, el ejército de ocupación entró en las aldeas de Al-Mualka, Al-Asha, Abu Ghara y Mazraat Al-Hiran, mientras una columna de tanques ingresó en la antigua y abandonada brigada de tanques del ejército sirio en el sur de Quneitra.
Israel intensificó sus ataques en el territorio sirio durante el 2024, como parte de una campaña de escalada que comenzó en 2018, bajo el pretexto de combatir la presencia iraní y las milicias afiliadas a Teherán.
A pesar de la caída del gobierno sirio el 8 de diciembre pasado y la salida de los grupos proiraníes, los ataques aéreos sionistas continuaron, centrándose en destruir las capacidades militares sirias de armas terrestres, aéreas y marítimas.
Según especialistas, el número de ataques israelíes contra Siria durante el año pasado alcanzó 373 y provocaron la destrucción de mil 32 objetivos, incluidos depósitos de armas y municiones, cuarteles militares, centros de operaciones y vehículos pertenecientes al ejército sirio.
Asimismo, causaron la muerte de 414 soldados y 68 civiles, entre ellos 13 niños y 16 mujeres.
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