Los actos vandálicos en barrios de judíos han sido numerosos y, según comentó el mandatario, algunos están siendo perpetrados por personas sin un problema particular, o sea, sin estar motivados por una manera de pensamiento, solo por recibir un pago.
Albanese reconoció que todavía no queda claro de dónde vienen los pagos, mientras el comisario de la Policía Federal Australiana, Reece Kershaw, explicó que se investiga si el dinero provino del exterior.
“Estamos viendo si actores extranjeros o individuos han pagado a criminales locales en Australia para efectuar algunos de estos crímenes en nuestros suburbios”, espetó.
Aunque algunas personas naturales de Australia ya han sido acusadas de cometer incidentes de crímenes de odio, el comisario evitó dar detalles sobre las evidencias en poder de las autoridades o los sospechosos.
En semanas recientes, surgieron incendios en un centro de atención infantil en Sídney y autos aparcados en barrios de judíos; en tanto, más de una sinagoga ha sido objeto de vandalismo.
Frente a varias de las acciones, el primer ministro australiano ha reaccionado con una condena, pues alega que en su país no hay sitio para tales actos de odio por ser una nación multicultural.
A principios de diciembre, individuos enmascarados incendiaron una sinagoga de la ciudad de Melbourne, en el sur de la nación oceánica, con personas adentro y fue necesario contar con 60 efectivos del cuerpo de bomberos para controlar las llamas.
Como resultado del siniestro, dos australianos sufrieron heridas y el edificio quedó destruido.
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