Según la entidad a cargo de las estadísticas en el Ministerio del Trabajo, en la categoría A, reservada para demandantes de jornada completa con más de un mes de antigüedad, la cifra de parados asciende a más de tres millones de franceses, tanto en el territorio metropolitano como en los de ultramar, con la excepción de Mayotte.
En este indicador, el desempleo de un trimestre al otro aumentó un 3,9 por ciento, mientras que la comparación con idéntico período del 2023 arroja un auge del 3,5.
Respecto a los incluidos en las categorías B y C (individuos con un contrato de media jornada o temporal, que buscan mejorar su situación laboral) sumaban al cierre del año pasado alrededor de dos millones 357 mil, con una variación anual inferior al 0,5 por ciento. En su discurso de política general ante la Asamblea Nacional hace unas dos semanas, el primer ministro François Bayrou no abordó el tema entre las grandes prioridades de su gestión, amenazada por la censura desde la oposición.
Sindicatos como la Confederación General del Trabajo (CGT) acusaron al mandatario de quedar bien lejos de las expectativas del mundo de los trabajadores, en un contexto marcado por más de 300 planes de licenciamiento, que de acuerdo con sus datos ponen en peligro hasta 300 mil empleos.
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