De mutuo acuerdo con los padres de la menor Elizabeth Struhs, los miembros de la secta religiosa The Saints (Los santos), a la cual pertenecía la familia, se negaron durante varios días a inocular insulina a la criatura, bajo la creencia de que dios podía curarlo todo.
La niña padecía de diabetes de tipo 1 y durante el juicio, en el Tribunal Supremo de Queensland, se conoció que mientras agonizaba, en lugar de suministrarle el medicamento vital, los familiares e integrantes de la secta se dedicaron a rezar para que sanara a través de la oración. El fallecimiento ocurrió el 7 de enero de 2022, en una vivienda de una localidad ubicada a unos 125 kilómetros al oeste de Brisbane.
Según relata en su sentencia el tribunal, no se llamó a la Policía hasta más de 24 horas después de la muerte, pues creían en la posibilidad de devolverle la vida a Elizabeth a través de la oración.
Los acusados rechazaron representación legal y, este miércoles, 14 fueron hallados culpables de homicidio involuntario. Ahora se encuentran a la espera de las condenas.
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