El presidente, Félix Tshisekedi, al filo de la media noche del miércoles (hora local) se dirigió a la nación y pidió un compromiso firme y disciplinado para ganar la confrontación contra Ruanda, al que consideró el principal agresor, y el Movimiento 23 de Marzo (M23), que mantienen una fuerte ofensiva en el este del país.
“Ganaremos esta guerra con nuestra unidad, nuestro coraje y nuestro sentido de la responsabilidad, y no con la violencia ciega y la anarquía”, apuntó el mandatario.
Tshisekedi llamó a cada hombre y mujer; joven y anciano; actores políticos; operadores económicos; miembros de la sociedad civil; confesiones religiosas; artistas y deportistas; a movilizarse y a permanecer unidos en torno a las Fuerzas Armadas, así como a contribuir al esfuerzo bélico.
En particular instó a los jóvenes a unirse a las filas del Ejército para reforzarlo, y a “poner su energía y su creatividad al servicio de la nación”.
El mandatario anunció una reducción urgente del nivel de vida de las instituciones, mediante medidas rigurosas para que los recursos ahorrados se redirijan en respaldo a las Fuerzas Armadas.
Exhortó igualmente a la responsabilidad del sector privado y lo invitó a contribuir activamente con la causa común.
El presidente de RDC denunció la pasividad de la comunidad internacional y de la Unión Africana (UA) ante el deterioro de la situación de seguridad y humanitaria en el este del país.
Remarcó que Ruanda viola abiertamente y sin escrúpulos los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, así como los acuerdos regionales, y esto lo hace con total impunidad.
“Esta actitud arrogante, que ya ni siquiera intenta ocultar sus crímenes, es una provocación inaceptable para nuestra soberanía y la estabilidad regional”, sostuvo el jefe de Estado.
Añadió que la presencia de miles de soldados ruandeses en el territorio congoleño, su apoyo político, logístico y militar a “sus títeres del M23”, y la implicación del país vecino en la explotación ilegal de los recursos naturales de la RDC están llevando a una escalada de consecuencias impredecibles para toda la Región de los Grandes Lagos.
Consideró que el silencio e inacción ante la “barbarie del régimen de Kigali” y las atrocidades perpetradas por sus aliados del M23, constituyen una afrenta no sólo a la RDC, sino a los valores universales de la justicia y la paz.
“El pueblo congoleño toma nota de esta pasividad que raya en la complicidad, pero tengan la certeza de una cosa: la RDC no se dejará humillar ni aplastar, lucharemos y triunfaremos”, afirmó Tshisekedi.
Reiteró que no habrá diálogo con el M23, sino con Ruanda, y en otro momento condenó los actos de violencia contra diferentes embajadas y los saqueos ocurridos en Kinshasa, «comportamientos irresponsables» que ensombrecen las manifestaciones pacíficas de apoyo a las Fuerzas Armadas, enfatizó.
Llamó a mostrar la fuerza de la unidad, a estar atentos y a no dejarse llevar por el odio, por las divisiones o por la violencia.
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