Según el reporte de Trinidad y Tobago Guardian, el sindicato de trabajadores de la aviación, las comunicaciones y los trabajadores afines (Acawu) se refirió al suceso como el último de
una serie de incidentes preocupantes ocurridos en las últimas seis semanas, incluidos dos casos de ruedas delanteras faltantes y otro relacionado con una falla del motor.
“Desafortunadamente, el miedo a la victimización ha disuadido a los empleados de denunciar problemas de seguridad, dejando al sindicato como una de las únicas vías seguras para plantear cuestiones críticas sin correr el riesgo de represalias individuales”, afirmó Acawu.
Por su parte, la Asociación de Pilotos del país caribeño afirmó que también advirtió a la compañía aérea sobre los riesgos vinculados a la flota ATR durante más de una década.
Aseguró que múltiples accidentes casi fatales en los últimos meses apuntan a un patrón preocupante que no se puede ignorar y pidió una reunión urgente con la empresa estatal.
El vuelo, que partió de Tobago con 68 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación a bordo, de los cuales ninguno resultó herido, se quedó sin combustible en uno de sus motores poco antes de la hora prevista para el aterrizaje.
El ministro de Finanzas, Colm Imbert, aseguró en el senado que el problema se debió a mediciones inexactas de combustible en el tanque izquierdo de la aeronave.
Dijo que el ATR 72-600 involucrado fue retirado del servicio a la espera de una revisión más exhaustiva.
En el Parlamento, pidieron a la aerolínea y a los reguladores de la aviación que respondan urgentemente a las advertencias de los pilotos.
Sin embargo, Caribbean Airlines se limitó, hasta ahora, a afirmar que la seguridad de su personal y de sus pasajeros es de “máxima importancia”.
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