El jefe diplomático se trasladó hasta el antiguo Presidio Modelo para develar una tarja en memoria de sus compatriotas encarcelados allí durante la Segunda Guerra Mundial, porque -según aseguró- existe una lección muy importante que aprender.
La inscripción hace referencia a cuando Cuba se unió a la declaración de guerra al eje militarista integrado por Alemania, Italia y Japón.
Al decir del embajador, en aquel lugar de esta isla del Caribe, hace mucho tiempo, inmigrantes japoneses estuvieron encerrados y no debe olvidarse este símbolo de horror y tragedia de guerra.
De igual manera, Nakamura valoró el acto como una oportunidad para rendir homenaje a los abuelos que vivieron aquellos pasajes de la historia y expresó su deseo de que la comunidad japonesa de Isla de la Juventud se convierta en un puente de amistad, solidaridad y cooperación entre los pueblos de Cuba y Japón.
Eso es lo más importante de cara al futuro, tenemos que reflexionar sobre la historia y conectar mejor el desarrollo futuro, afirmó.
La Agencia Cubana de Noticias reporta que la visita del embajador incluyó varias actividades e intercambios con las autoridades locales y los descendientes de la comunidad nipona asentada en el territorio pinero desde los primeros años del pasado siglo.
Además, visitó el cementerio civil de Nueva Gerona para rendir tributo a los japoneses difuntos enterrados en el lugar, recorrió la empresa eléctrica local, así como las instalaciones del proyecto para el mejoramiento del suministro eléctrico y el despacho de carga.
Como colofón de las actividades, la comitiva entregó la víspera una planta desalinizadora a la localidad rural costera de Cocodrilo, que ayudará a mejorar la calidad de vida de los poco más de 300 residentes de ese asentamiento humano.
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