La llegada de los hondureños expulsados bajo la nueva política migratoria del gobierno de Donald Trump fue supervisada por Reina, quien acudió a la pista del aeropuerto internacional Ramón Villeda Morales, ubicado en esa norteña urbe del departamento de Cortés.
Durante este viernes, se espera además que aterricen en ese mismo aeródromo dos aeronaves militares con más de un centenar de ciudadanos de la nación centroamericana, detenidos en la frontera sur estadounidense.
“Aceptaremos por primera vez dos vuelos militares del nuevo esquema que ha lanzado la administración Trump”, afirmó el jefe de la diplomacia hondureña, en alusión a las deportaciones masivas de migrantes ordenadas por el magnate norteamericano.
El vicecanciller Antonio García aclaró que sus compatriotas no arribarán esposados, pues ese -enfatizó- fue uno de los acuerdos con las autoridades de Estados Unidos para permitir el ingreso de aviones militares en el territorio nacional.
Con el arribo de estos vuelos arranca el programa Hermano y hermana vuelve a casa, un ambicioso plan de asistencia que comprende sustento económico inmediato y fondos para emprendimiento con el fin de lograr la reinserción de los migrantes en la sociedad.
Ese plan es parte de la llamada Estrategia Nacional de Emergencia para la Protección de Migrantes Hondureños, lanzada esta semana por la presidenta Xiomara Castro, que busca brindar apoyo integral a sus compatriotas en situación irregular en Estados Unidos, en tránsito y a los retornados.
El ejecutivo de la mandataria Castro ratificó el compromiso con un recibimiento digno, seguro y eficiente a sus connacionales.
Según datos de la Cancillería, al menos 250 mil hondureños enfrentan procesos de deportación en Estados Unidos, aunque no todos están detenidos.
lam/edu