El evento, que reunió a seis equipos del continente, culminó con una emocionante final en la que las Águilas Metropolitanas de Panamá se coronaron campeonas al vencer 3-1 al equipo anfitrión.
Más allá del resultado deportivo, el torneo evidenció la pasión, organización y capacidad logística de Nicaragua para albergar competiciones de alto calibre.
La Federación de Béisbol de este país jugó un papel fundamental en este éxito, proporcionando información clara e inmediata a través de sus medios oficiales, apoyada en un sitio web moderno y eficiente que permitió un excelente seguimiento del torneo.
Se garantizó también el desarrollo fluido de los partidos, con un ritmo dinámico y tiempos de juego bien administrados, lo que permitió un espectáculo ágil y atractivo para los aficionados, que fueron otros de los grandes protagonistas de la Serie.
Su apoyo incondicional en cada encuentro evidenció el amor inquebrantable por el béisbol y su selección nacional, que a pesar de no conquistar la corona, se llevó el aplauso agradecido de todos.
Los tres estadios que acogieron la competencia —el Estadio Nacional Soberanía en Managua, el Roberto Clemente en Masaya y el Rigoberto López Pérez en León— lucieron espectaculares y reafirmaron su estatus como recintos de primer nivel.
En cada una de estas sedes se vivió un ambiente electrizante, con graderías repletas de fanáticos que alentaron con fervor y le dieron un toque mágico a la competencia.
La hospitalidad nicaragüense brilló con luz propia al ofrecer una cálida acogida a todos los visitantes y una destacable atención a los medios acreditados, lo cual permitió una cobertura fluida del evento.
La Serie de las Américas en Nicaragua no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó con creces y le dejó la varilla bien alta a Panamá, que será la nación encargada de organizar la segunda versión a inicios del próximo año, donde se incorporarán más países.
Sin duda, esta edición inaugural, auspiciada por la Asociación de Béisbol de las Américas, será recordada como un hito en el deporte continental y un testimonio del compromiso y amor de Nicaragua por el juego de las bolas y los strikes.
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