Desde que asumió el cargo el pasado 20 de enero, Trump firmó órdenes ejecutivas de todo tipo, incluidas las que modifican nombres de mares y montañas.

«Tomé esta medida porque, como se indica en esa orden, ‘la zona anteriormente conocida como el Golfo de México ha sido durante mucho tiempo un activo integral para nuestra otrora floreciente Nación y ha seguido siendo una parte indeleble de Estados Unidos'», expresó Trump.

La polémica cuestión escaló. No pocos se resisten al cambio. La Casa Blanca ahora vetará a las organizaciones de noticias que se nieguen a usar el nuevo nombre asignado por el republicano, por eso la agencia de noticias Associated Press (AP) tendrá prohibido en lo adelante asistir a eventos presidenciales.

Pues la AP indicó que seguirá utilizando el nombre original y reconocido internacionalmente en sus despachos de Golfo de México, pese a la decisión de Trump sobre ese cuerpo de agua que no es propiedad de Estados Unidos.

Como consecuencia de esta disputa entre el mandatario y esa agencia (el gobernante no es ajeno a las peleas con los medios), uno de sus periodistas no pudo acceder a uno de los eventos en la Oficina Oval y en la Sala de Recepciones Diplomáticas de la Casa Blanca.

La víspera, la secretaria de prensa de la mansión ejecutiva, Karoline Leavitt, alineada por supuesto con su jefe dijo: “es un hecho que el cuerpo de agua frente a la costa de Luisiana se llama el Golfo de Estados Unidos, y no estoy segura de por qué los medios de comunicación no quieren llamarlo así”.

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