La medida fue anunciada por el presidente estadounidense, Donald Trump, el 10 de febrero pasado y generó reacciones negativas a nivel mundial.
La cartera recordó que en 2022 la Organización Mundial del Comercio (OMC) dictaminó que los aranceles de la Sección 232 sobre el acero y el aluminio importados violaban las reglas internacionales.
«Pero Estados Unidos no solo mantuvo los aranceles originales de la Sección 232 al acero y al aluminio, sino que también aumentó aún más los aranceles sobre los productos de aluminio, perjudicando gravemente los derechos e intereses de todos los países, socavando el sistema de comercio multilateral basado en reglas e impactando en la cadena de suministro global», refiere el comunicado.
Desde la perspectiva de China, la medida de Washington podría desencadenar una serie de represalias comerciales, lo cual afectaría la competitividad del acero chino en los mercados internacionales.
Sin embargo, el ministerio destacó que el impacto inmediato sobre las exportaciones de acero del gigante asiático a Estados Unidos será limitado, ya que el volumen de exportaciones chinas representa solo el 0.8 por ciento del total exportado por el país.
En ese mismo sentido, la Asociación China de la Industria del Acero también expresó su oposición a la subida de los aranceles.
Señaló que estas medidas no beneficiarán al sector siderúrgico estadounidense a largo plazo, sino que podrían deteriorar la competitividad de la industria global y afectar las cadenas de suministro internacionales.
China instó a Estados Unidos a abandonar su enfoque de «suma cero» y a corregir su política errónea. Reiteró que las disputas comerciales deben resolverse a través de la negociación multilateral y el respeto a las normas internacionales.
El presidente norteamericano Donald Trump firmó la orden ejecutiva para imponer aranceles de 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio a todos los países, lo cual entraría en vigor a partir del 12 de marzo.
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