En rueda de prensa, el jefe de la diplomacia venezolana relacionó tres hechos con origen en 2019 cuando mercenarios civiles y exmilitares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) planificaron mediante la operación Aurora una acción terrorista en una unidad militar, que pretendieron volar.
Estaban involucrados en la misma un grupo de desertores de la FANB, funcionarios policiales y un excadete que tenían como objetivo crear las condiciones para comenzar a negociar la salida del que llamaron “régimen de Venezuela”, añadió.
Otra acción estuvo vinculada con el secuestro el 6 de enero último del magistrado Maikel Moreno, expresidente del Tribunal Supremo de Justicia, y a quien pretendían sacar del país a través de una lancha para llevarlo a Estados Unidos.
El vicepresidente sectorial de Política, Seguridad Ciudadana y Paz reveló que los pagos a estas personas ascendían a 300 mil dólares por cada uno de los participantes.
Cabello denunció también una operación que tendría lugar próximo a la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro el 10 de enero, en la cual sería volado en pleno vuelo un helicóptero con una poderosa carga explosiva que causaría estupor en la ciudanía. Por eso “hablaban de señales en el cielo” y llamaron la movilización en las calles el día 9 de enero de 2024 para cometer acciones violentas, indicó.
El político venezolano informó que estas personas detenidas, al menos 15, entre ellas tres mujeres, son los mismos operadores de los años 2018, 2019, porque “no tienen a nadie más”.
Expresó que “no puede desvincularse la violencia política de estos actos terroristas” y aseguró “están relacionados los dirigentes de la oposición con estos hechos, son los mismos operadores de la violencia, políticos y militares”, apostilló.
“Todo está vinculado, son los mismos no tienen a nadie más y han fracasado una y otra vez porque son ineptos”, remarcó.
Cabello denunció la participación activa de gobiernos extranjeros en estas operaciones, como en la 2019 con el gobierno del brasileño de Jair Bolsonaro, y reiteró los vínculos de ellos con actores en Venezuela que se dedicaban captar mercenarios para hacerle daño al país.
Afirmó que la inmensa mayoría de los participantes en estas acciones fueron capturados, están confesos y mostró armamentos, municiones y artefactos para la detonación de explosivos, granadas y teléfonos, entre otros, incautados a los terroristas.
Interrogado sobre el financiamiento a sectores de la extrema derecha venezolana por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el ministro aseveró que “tenemos una investigación bien avanzada”.
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