En el 20 aniversario del asesinato del ex primer ministro, el presidente de la República Joseph Aoun, calificó a Hariri de líder nacional y un estadista de calibre excepcional.

A través de un comunicado, el jefe de Estado enfatizó que las posiciones del difunto jefe de gobierno fueron cruciales para fortalecer la unidad nacional y salvaguardar la paz civil.

La máxima autoridad del Parlamento, Nabih Berri, lamentó su pérdida y destacó su visión de unidad, asociación, moderación y fe en el pueblo para el futuro del país.

En la ocasión, el primer ministro, Nawaf Salam, honró el legado de Rafic Hariri y elogió su dedicación a la unidad y la prosperidad de Líbano.

Para el exdirector de Seguridad General, Abbas Ibrahim, el ex primer ministro fue un puente de comunicación entre los libaneses y entre ellos y el mundo, atravesando sectas con una visión nacional que no conocía alineaciones.

Mediante una publicación en X en honor a Hariri, el político resaltó su capacidad para construir Líbano desde debajo de los escombros y abrir horizontes futuros para generaciones de libaneses a través de la ciencia y el conocimiento.

«Nadie es más grande que su país», este es el lema del mártir Rafic Hariri, escribió en su cuenta de X el jefe de la Corriente Patriótica Libre, Gebran Bassil.

El diputado convocó a hacer del vigésimo aniversario una ocasión nacional para entender el futuro de Líbano, para que la diversidad sea el pilar de la unidad, la justicia la base del sistema y la cooperación la garantía de la existencia.

Por su parte, el excandidato a la presidencia y líder del Movimiento Marada, Sleiman Franjieh, recordó al mártir como una figura patriótica y moderada, un hombre de diálogo.

Rafic Hariri dirigió el gobierno de Líbano en las etapas de 1992-1998 y 2000-2004, y es recordado como uno de los artífices en la reconstrucción del país después de la guerra civil (1975-1990).

El 14 de febrero de 2005, en Beirut, una bomba de alto poder acabó con la vida del ex primer ministro Hariri y de 21 personas, algunos, parte de su escolta y otros eran transeúntes casuales.

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