Tras el cierre de la empresa japonesa de autopartes Yazaki, que dejó en la calle a unos mil 200 empleados, la conflictividad continúa entre las cámaras empresariales de la industria frigorífica y la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines (Foica), que defiende prestaciones del convenio laboral.
Foica aceptó una propuesta presentada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), pero las patronales pidieron modificar la cláusula de paz laboral y de prevención de conflictos, lo que fue rechazado por los sindicatos del sector.
Mientras tanto, el sindicato metalúrgico denunció en las últimas horas el despido de 78 trabajadores y el envío de otros 128 a seguro de paro en la planta ensambladora de vehículos de la firma Nordex.
Desde la empresa justificaron los despidos por la desvinculación de una línea de producción por otra que demandará una inversión de 25 millones de dólares y requerirá, para entonces, fuerza laboral.
En las industrias química y láctea también ocurren desencuentros entre los gremios y los sindicatos, mientras la Cámara de Industrias del Uruguay reclama cambios en favor de la «competitividad», un tema que Orsi prometió atender.
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