Una encuesta publicada este viernes por el instituto Datafolha reveló que esa cifra evalúo de bueno o muy bueno el Gobierno de Lula, con un margen de error de dos puntos.
La desaprobación escaló del 34 al 41 por ciento. El porcentaje de interrogados que calificó de regular el Ejecutivo oscila del 29 al 32 por ciento.
Para la muestra, Datafolha escuchó a dos mil siete brasileños en 113 ciudades, entre el 10 y 11 de febrero.
En sus tres mandatos en el poder, la proporción más baja de anuencia que tuvo el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) fue en 2005, en medio de las revelaciones del llamado Mensalão.
Popularizado por el entonces diputado federal Roberto Jefferson, en una entrevista que dio resonancia nacional al escándalo, tal neologismo es una variante de la palabra mensualidad, se utiliza para referirse a una mesada pagada a parlamentarios para votar en favor de proyectos de interés del Poder Ejecutivo.
En ese momento, la administración del PT alcanzó un 28 por ciento de asentimiento.
Iniciado en 2023, en el actual mandato la marca negativa anterior resultó un 35 por ciento, en diciembre de 2024, también registrada en encuestas de marzo y agosto del mismo año.
Lula dejó entrever el viernes la posibilidad de buscar la reelección en las justas comiciales de 2026, aunque consideró que resulta apresurado pensar en elecciones.
«Es pronto para hablar de las elecciones de 2026. Si seré candidato o no depende del debate de muchos partidos políticos, de la sociedad brasileña», afirmó el gobernante durante una entrevista concedida este viernes a Radio Clube del norteño estado de Pará.
Reconoció que tenía 79 años y estaba consciente de esa edad, pues «no puedo mentir a nadie, mucho menos a mí. Si estoy al ciento por ciento de salud, con la energía que tengo (…) si creo que sea acertado creer que puede ser candidato, puedo serlo, pero no es mi prioridad ahora», aclaró.
Un sondeo de la institución financiera Genial y el instituto Quaest reveló en diciembre que Lula apareció como favorito para ganar el sufragio de 2026, en cualquier escenario, si opta por competir.
Según la investigación, el exsindicalista derrotaría al exgobernante Jair Bolsonaro y otros nombres de la derecha en escenarios estimulados para la segunda vuelta de la carrera presidencial.
El líder progresista vencería a Bolsonaro en la segunda etapa electoral por 51 por ciento contra 35, y en el caso del gobernador de Sao Paulo, Tarcisio de Freitas, ganaría por 52 por ciento contra 26.
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