De acuerdo con el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Guo Jiakun, del 19 al 21 de febrero, bajo la organización del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), especialistas de varias naciones, incluida China, visitan aquellas instalaciones y las áreas marítimas cercanas.

Como parte de la misión se recolectan muestras independientes de agua contaminada pendiente de ser liberada al océano, agua de mar y organismos marinos.

Según Guo, esta actividad representa un paso concreto en el cumplimiento por parte de Tokio de sus compromisos relacionados con el plan de descarga del líquido proveniente de la planta nuclear.

«En el futuro, tanto el monitoreo internacional como el muestreo independiente llevado a cabo por China sobre la descarga de agua contaminada de Fukushima se implementarán de manera continua», señaló el portavoz.

Asimismo, el vocero agregó que el gigante asiático publicará oportunamente los avances más recientes de este proceso.

La planta de Fukushima sufrió el impacto de un tsunami en marzo de 2011 a causa de un terremoto, que dejó 18 mil muertos y causó el peor accidente nuclear desde Chernóbil en abril de 1986.

China finalizó en enero pasado el análisis de su primera muestra independiente del agua contaminada de la central vertida al océano por Japón y los resultados no presentaron anomalías, confirmó Mao Ning, vocera de la Cancillería.

Al ser consultada sobre si esto valida la seguridad del vertido, la vocera enfatizó que este asunto afecta al interés público internacional.

Reiteró que Japón actuó unilateralmente, desoyó las preocupaciones de los países vecinos y de la comunidad internacional, y subrayó que China mantiene su oposición al vertido.

Mao añadió que, en ausencia de mecanismos internacionales que detengan la liberación de estas aguas, el monitoreo independiente por parte de los afectados constituye una medida efectiva para gestionar los riesgos.

Beijing mantiene cancelada la importación de todos los productos acuáticos provenientes del país nipón.

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