Un estudio sobre “Mujeres y trabajo en Italia”, presentado por el Centro de Investigación de la Escuela de Negocios de Roma (RBS), precisa sin embargo que en los altos cargos es alarmante la brecha salarial, con ingresos medios por hora de 33,6 euros entre las féminas, frente a los 46,2 euros que perciben directivos del sexo masculino.
En este país, la tasa de empleo femenino es de 51 puntos porcentuales, muy inferior a la de los hombres, que alcanza el 69 por ciento, y las mujeres ganan como promedio un 10,7 por ciento menos que los varones,lo que evidencia la gravedad de la discriminación de género. La disparidad se agudiza en las regiones del sur de esta nación europea, donde la tasa de empleo femenino es menor al 40 por ciento, a la vez que el trabajo a tiempo parcial afecta principalmente a las féminas, con un porcentaje de 49,2 puntos, mientras entre los varones apenas llega a los 27,3 puntos porcentuales.
Por otra parte, el trabajo precario afecta al 18 por ciento de las italianas, tres veces más que a los hombres, y alcanza los 16 puntos porcentuales la cantidad de empleadas que abandonan sus puestos después del nacimiento de un hijo, frente un porcentaje de solo 2,8 puntos entre los varones.
Valerio Mancini, director del Centro de Investigación de la RBS, quien dirigió la elaboración de este reporte, manifestó que “aunque la presencia de mujeres en la cúpula de las empresas muestra signos de crecimiento, los avances son todavía lentos y, al ritmo actual, la paridad de género en la alta dirección solo se alcanzará en 2053”.
La desigualdad de empleo y salarial en razón de género, es un problema endémico en este país que debe erradicarse, y a la vez es necesario “crear entornos de trabajo equitativos y meritocráticos, como algo esencial para garantizar empleo de calidad para las mujeres”, afirmó Mancini.
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