Representa una manifestación de fe y tradición religiosa de más de 400 años y atrae, aparte de los locales, a visitantes de los países vecinos Honduras, El Salvador, entre otros.
La ruta, que integra 13 municipios, comienza en San Agustín Acasaguastlán, El Progreso, y atraviesa Zacapa antes de finalizar en Chiquimula, particularmente en la Basílica del Señor de Esquipulas y su icónica imagen del Cristo Negro.
Durante el recorrido, los devotos, entonando cánticos y rezos, llegan a templos, ermitas e iglesias, como la de San Agustín, cuyo altar mayor data del siglo XVII y, junto al púlpito, deviene uno de los bienes patrimoniales de la nación.
El objetivo principal está en la iglesia católica más grande de Centroamérica, a 222 kilómetros de la capital de Guatemala, declarada Monumento Histórico y Artístico en 1970.
A la milagrosa imagen del Cristo Negro se le construyó un pequeño templo, que con el paso del tiempo y ante la asistencia de tantos fieles fue insuficiente, describió el historiador Miguel Álvarez. Cuatro años después de su arribo, el 15 de enero de 1759 se trasladó de la iglesia de Santiago a la actual basílica, amplió el investigador.
Sobre el color “la tradición cuenta que el arquitecto portugués Quirio Cataño empleó madera oscura para esculpir la imagen, con la intención de que se pareciera más a la piel de los habitantes de Esquipulas, descendientes del pueblo Chortí”, explicó.
A las doce de la noche de cada 15 de enero un repique de campanas anuncia la conmemoración y cerca de la basílica pueden verse penitencias, velas, rezos y diferentes rituales que aportan un toque místico a la ocasión.
A inicios de febrero se complementa el homenaje con la Caravana del Zorro, la mayor peregrinación en motocicleta del mundo.
(Tomado de Orbe)