El efectivo -cuyo nombre sigue sin divulgarse- era parte de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS).
Este resultó herido en la cabeza durante una operación contra la banda Gran Grif en la zona de Ségur-Savien (Bas-Artibonite).
El oficial fue evacuado urgentemente en helicóptero gracias al Equipo de Evacuación Médica de El Salvador, pero murió en un hospital a pesar de los esfuerzos de los galenos.
La muerte del oficial tiene profundas repercusiones en Kenya, donde la noticia reavivó las tensiones y preocupaciones que ya estaban presentes antes del despliegue del primer contingente en Haití.
Muchos kenianos -recordó el sitio digital Noticias Kominotek- denunciaron el envío de sus soldados a un territorio extranjero marcado por conflictos complejos.
La muerte del oficial pone de relieve los altos riesgos a los que se enfrentan las fuerzas de la MMAS.
Barbecue advirtió a las tropas extranjeras que iban a derramar su sangre en Haití en un intento de destruir el poder que tienen hoy los grupos armados.
Aseguró que las pandillas se están preparando para una larga lucha, y antes que los venza el cansancio y anuncien su retirada las fuerzas internacionales van a perder a muchos hombres.
Barbecue subrayó que su coalición libra una batalla para liberar a Haití de las garras de los políticos tradicionales y los oligarcas corruptos.
A la Misión Multinacional de Apoyo a la Policía Nacional de Haití, Barbecue le dijo: nadie puede asustarnos, hacernos creer que nos van a echar de nuestro país. Somos los hijos de Dessalines. «No estamos haciendo una revolución pacífica, estamos haciendo una revolución sangrienta», sentenció el expolicía, quien responsabilizó a Estados Unidos, Canadá y Francia de un baño de sangre en Haití.
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